domingo, 22 de enero de 2012

Quedáos con vuestra mierda de país...

Como ya he manifestado en muchas ocasiones, ese sentimiento de pertenencia a un determinado lugar me repugna, por ser excusa para llevar a cabo toda una serie de burradas. Ese sentimiento que apela a la emoción más básica de pertenencia al grupo y que en una sociedad como la de hoy no produce más que problemas me repele.

Por eso he llegado a la conclusión de que yo no tengo país más allá de lo que acreditan mis papeles a nivel legal. Pero en concreto me empieza a repugnar el país en el que me ha tocado vivir. Es cierto que podría haber nacido en el cuerno de África, entonces sí que tendría motivos para defecar en la puta de oros, pero bueno, cada uno se caga en la mierda que le toca soportar.

En un país en el que se parodian las primarias de un partido de miserables, en el que Ruiz Mateos pasea con la mayor impunidad, en el que cientos o miles de personas despiden a un señor que ha cometido una larga lista de crímenes políticos como es Fraga, en el que se recortan servicios sociales a las clases más jodidas, en el que se les suben los impuestos a las clases más jodidas, en el que se sigue tolerando una monarquía síntoma de la más absoluta inactividad crítica a nivel político, en el que no se dedica ni siquiera el 1% del PIB a la investigación, en el que se mantiene un concordato con una institución absurda de tipo religioso, en el que se enarbolan los nacionalismos para justificar las mayores paridas que nos podamos imaginar, en el que se legisla sobre cuestiones como la propiedad intelectual de forma totalmente irreal y estúpida, en el que se vota como borregos a personajes tales como Camps, Julián Muñoz, José Blanco y demás bellacos, en el que el gobierno se permite hablar sobre la "pertenencia de Gibraltar a nuestra gran nación" mientras se da este estado de cosas, en el que en definitiva reina la mayor de las gilipolleces, no es de extrañar que sean los jóvenes más cualificados los que mayoritariamente se largan hacia mejores puertos.

Quedaos con vuestra mierda de país, con vuestra mierda de futuro porque servidor no va a quedarse para ver cómo se hunde el barco si puede evitarlo.

martes, 10 de enero de 2012

Tragando se llega al fondo.

Las metáforas tienen su aquel. Son truquitos que los artistas han utilizado para vestir las
verdades más crudas para hacerlas pasar como las mentiras más dulces. Ahí va una, las
personas somos como botellas de un buen licor. Te tienes que emborrachar de ellas para poder
llegar al fondo.

No soy muy dado a parlotear sobre temas totalmente personales pero una vez al año no hace
daño. A estas alturas podréis pensar que no soy más que un cascarrabias que se deja llevar por
arrebatos coléricos. Un tontaina que se contradice una y otra vez o cosas peores. Hoy en lugar
de hacer lo habitual me gustaría contaos por qué sigo viviendo si el mundo me resulta tan
insufrible.

Aparte de los miles de motivos serios y totalmente lógicos por los que me encanta vivir tengo
otros motivos, uno de ellos es mi pareja. Esa mujer hace que los momentos más amargos sepan
a caramelo, que las cosas más simples se conviertan en temas insufriblemente complicados
para la mente dicotómica de un hombre (sí, ya sé que son estereotipos, pero en nuestro caso se
cumplen). Puede convertir una conversación aparentemente rutinaria en una discusión sobre
la más ínfima de las tonterías.

En ocasiones resulta insoportable. Son esas ocasiones en las que si tuviera un arma acabaría
con medio planeta ella solita, pero como no es así, se conforma con acabar solamente conmigo.
Siempre se acaba saliendo con la suya. Está claro que tengo razón, (otras veces es al contrario,
es ella la que tiene razón), pero cuando se larga dando un portazo o soy yo el que se larga
dando un portazo consigue que al cabo del rato cuando ya no soy un basilisco cabreado con
ganas de arrancarle la piel a tiras para hacer un tambor la busque preocupado, la llame, le
envíe un mensaje...

Al final de los miles de razonables argumentos para seguir viviendo, el que más cuenta es que
ella esté ahí, aun que sea solamente para dar por culo y complicarme la existencia. Porque en
el fondo el balance hace que sean muchas más las ocasiones en las que me hace sentir bien que
las que me hace sentir mal.

Es mejor aferrarse a los cuatro objetos que verdaderamente responden correctamente a ti
cuando te cruzas con ellos que pasar el día pegándote con todos esos otros objetos que no
responden como deberían. Sin embargo aún no he perdido la esperanza de que ese ir
pegándose por la calle a todas horas surta algún efecto para cambiar esta mierda de mundo.

viernes, 6 de enero de 2012

De partidos, religiones y otras sectas.

No es que no me interesen otras cosas -no vayan a pensar ustedes semejante
locura- qué va, lo que ocurre es que las cosas que me agradan son de las que
charlo muy a menudo con la gente con la que comparto mi vida. Pero sobre las que
me disgustan no suelo extenderme demasiado, más bien me muestro parco en
palabras respecto a temas políticos, cada día más.

¿Que por qué me muestro parco en palabras respecto a temas que me disgustan como
la política? Me muestro parco en palabras porque conozco a muy escasas personas
que tengan un planteamiento político lógico. No merece la pena tener un choque
dialéctico con una persona que ni siquiera mantiene unos supuestos básicos con
uno mismo. Digo que la mayoría de las personas que conozco no mantienen un
planteamiento político lógico simplemente porque hablan sobre política como
quien habla de religión.

Es muy curioso ver a una serie de personas que integran un partido y mantienen
una serie de ideas. Esas ideas son la cortina de humo que convierte a la mayoría
sus partidarios en partidarios y sobre todo, en lelos. La mayoría de
simpatizantes de cualquier partido político se limita a repetir las proclamas de
sus líderes sin más, no importa si sus acciones son coherentes con dichas
proclamas.

Jamás he visto a un afiliado a un partido o a un simple partidario cuestionar
las acciones de alguno de los integrantes de su partido. Bueno, jamás no, he
visto a algunos, pero son una minoría tan ínfima que simplemente no pesan en lo
que a poder político del partido se refiere. Da igual si el partido plantea
razonamientos medianamente aceptables y los refrenda con sus acciones, el poder
del partido se basa no en estos factores, sino en la masa de incondicionales que
le apoya.
Esto es lo preocupante, cuando una persona es “incondicional” a un partido está
manifestando su más absoluta estupidez. Porque a mí lo que me toca la flor -con
perdón del personal, que sé que sois muy sensibles con las palabras malsonantes-
es que los simpatizantes de un partido se comporten como si de miembros de una
secta se tratara.
Odio que se coja un tema tan relevante para la sociedad como los diferentes
planteamientos políticos y se desvirtúe hasta la nausea poniéndolo al nivel de
planteamientos irracionales tales como las religiones, los nacionalismos, la
xenofobia, el racismo... Cualquier planteamiento irracional es el que apela a
las emociones y no a los buenos razonamientos lógicos. Hay ejemplos para
aburrir.
Los nacionalismos no tienen sentido, son simples criterios de demarcación
territorial que se han dado de la forma que se han dado por múltiples motivos
(económicos, militares, físicos, históricos, culturales...). Qué produce
cualquier nacionalismo, ¿qué fomenta? Fomenta el conflicto, un concepto
irracional que solamente apela a emociones se puede utilizar para justificar
acciones tremendamente despreciables. No siempre se usan para justificar
acciones despreciables, pero son planteamientos nocivos.
Las religiones, solo hay que observar nuestra historia europea pasada o la
historia actual de Israel y Palestina. El conflicto palestino-israelí en
principio era un conflicto territorial, ¿pero por qué se produjo? Por la inmunda
religión judía, ahora ambas religiones la islámica y la judía se han enzarzado
en un conflicto sin fin. ¿Y por qué los judíos decidieron ir a la tierra
prometida de el iluminado profeta de turno? Porque unos capullos utilizaron
planteamientos irracionales apelando a las emociones de una nación entera -la
alemana- e intentaron exterminar a medio planeta.
¿Os dais cuenta? Muchos conflictos son económicos, políticos etc. Pero la
mayoría de los grandes conflictos en los que la humanidad ha mostrado su cara
más inmunda, son aquellos basados en planteamientos irracionales.
Porque desde el nacionalismo, desde la religión, desde el racismo, no es
necesario plantear argumentos lógicos -que por otra parte, no los hay-, basta
con apelar a las emociones del populacho.
Por eso cuando observo en un mitin, en twitter, en facebook etc., cómo los
simpatizantes de los partidos se comportan como imbéciles me disgusto. Porque
cuando en un partido no se practica la autocrítica acaba convirtiéndose en una
secta llena de imbéciles que siguen a las élites y listillos que conforman estas
élites y que manipulan a las masas para satisfacer exclusivamente sus intereses
personales.