lunes, 21 de noviembre de 2011

El pillaje continúa.

Bueno, ya lo habéis visto. Lo que no habéis visto es cómo habría quedado el parlamento si el voto de cada español hubiera costado lo mismo. Bien, pues habría quedado así:

http://noticias.lainformacion.com/politica/elecciones-locales/elecciones-20n-asi-quedaria-el-parlamento-si-todos-los-votos-valieran-lo-mismo_6mFClXJKXTTa2JZve5QLo1/

Lo triste es leer discusiones en redes sociales, ver a los fanáticos de unos y otros brincar de alegría o llorar de tristeza. ¿Cómo hemos podido llegar a esto?
Me refiero a cómo hemos podido llegar a carecer tan absolutamente de criterio a la hora de votar para las ELECCIONES GENERALES. Por eso os voy a dar por el saco un rato contando cuáles son los criterios que yo he seguido.

En primer lugar yo tengo mis ideas, como cualquier otra persona. Esas ideas se sustentan en unos razonamientos más o menos sólidos. Ya entraremos en mis ideas después. Así que buscamos el partido que creemos se acerca en general a la mayoría de nuestras ideas. Para esto debemos informarnos sobre qué DICEN que van a hacer en sus programas los diferentes partidos y ver con cuál coincidimos mayoritariamente.

Una vez hecho esto podemos haber seleccionado dos tipos de partido:

1. Un partido que alguna vez haya gobernado sea cual sea el tipo de gobierno que haya tenido (de coalición, mayoría absoluta...)

2. Un partido que nunca haya gobernado, aunque haya tenido una serie de diputados en el parlamento.

Si hemos seleccionado a un partido de tipo 1, podemos informarnos sobre en cuántas ocasiones ha faltado a su palabra, es decir, cuántas veces ha votado en el parlamento en contra de algo que ha apoyado o propuesto en su programa electoral, a mayor número de contradicciones, menor puntuación. También debemos tener en cuenta si en sus listas hay imputados o no. Si los hay, menor puntuación.

Si hemos seleccionado un partido de tipo 2, debemos también informarnos sobre en cuántas ocasiones ha faltado a su palabra independientemente del hecho de que faltar a su palabra no tenga consecuencias como en el caso de los partidos tipo 1. También debemos tener en cuenta si existen imputados en sus listas.

El tema es, ¿cuántas contradicciones podemos soportar? Es cuestión de lo intransigentes que seamos con nuestros dirigentes o posibles dirigentes.

Ahora vamos a entrar en el tema de nuestras ideas. Una persona puede tener una idea u otra, pero las ideas carecen por sí sola de importancia, lo que importa son los argumentos en los que están basados. Por ejemplo, existe un argumento recurrente que el PP ha utilizado en estas elecciones que era algo así como:

"Yo no lo sé, pero dos veces que el PP ha gobernado ha activado la economía del país, y dos veces que ha gobernado el PSOE, dos veces que ha arruinado el país".

Bien este argumento, es falaz. Se basa en el error de plantear que la correlación (el hecho de que dos hechos se den de forma simultánea o sucesiva en el tiempo, sin más) con la causalidad (el hecho de que un hecho cause otro). Es decir, el hecho de que dos veces el PP haya gobernado y el hecho de que en ambos periodos haya habido bonanza económica no es relevante. En el siguiente vídeo se puede ver como una estrategia económica puede tener efectos de un gobierno a otro diferente:

http://www.youtube.com/watch?v=N7P2ExRF3GQ

Así que ahora me gustaría saber cuáles han sido los criterios de los millones de españoles que han votado a diferentes partidos, porque supongo que tendrán algún tipo de criterio ¿no? Joder, cómo está el patio.

martes, 15 de noviembre de 2011

Gasto público en la UAM.

Estoy tremendamente preocupado por lo que ocurre en la Universidad Autónoma de Madrid. Me asusta pensar que eso mismo pasa a nivel nacional. Es curioso que en estas épocas de crisis el presupuesto de la universidad se dilapide en una serie de recursos que -desde mi humilde punto de vista- no son prioritarios.

Para muestra un botón, se adquieren Iphones 4 (a 300 € el cacharro) para el personal de rectorado y los decanatos de diferentes facultades. Et ¡voila!, miles y miles de euros. En la facultad de Psicología se renuevan los baños porque "no estaban homologados" y de nuevo, miles y miles de euros. Se renueva el salón de actos de Psicología para dejarlo prácticamente igual salvo porque se compartimenta para crear dos nuevas clases y ¿por cuánto nos sale la broma? Por una cifra aproximada al millón de euros. Toma ya. El salón de actos de filosofía también se renueva, se gasta una cifra similar y resulta que la espantosa decoración del vanguardista diseño del salón de actos de filosofía es inflamable y no cumple ciertas normativas, así que hay que retirarlo con el consiguiente gasto. Vaya, qué sobrados de dinero andamos en la UAM ¿no?

La contrapartida a todas estas sandeces es el hecho sangrante de que las aulas de informática a disposición de los estudiantes se han reducido a la mitad para reducir costes. También hay una escasez de personal docente muy preocupante (en algunos grupos de psicología NO HABÍA PROFESOR contratado para algunos grupos y otros profesores han accedido a cursar esos grupos gratis, o por obtener favores en la facultad). Un dato que a mí me molesta bastante aunque es de lo menos prioritario que existe:

En la UAM había etiquetas metálicas de todas las plantas de sus jardines, al fin y al cabo era cultura. Estas etiquetas están en un estado lamentable.

Conclusión, se está dilapidando el presupuesto de forma irracional primando la infraestructura sobre la calidad docente, primando los intereses personales sobre los intereses comunes, primando el hábito de los que con el hábito y la costumbre han pasado de cabrones a cabrones/ladrones. Eso sí, estos ladrones son los que te roban subidos al pedestal de la legalidad.

Qué pena de universidad, qué pena de país y qué asco de panorama. Así no hay quien se forme en condiciones carajo.

martes, 8 de noviembre de 2011

¿El debate? Vamos no me jodas.

Es curioso todo lo que se lee en los periódicos el día después del "debate" -permitid que me descojone- entre los líderes de los dos principales partidos políticos. Se dice "¿quién ganó?", "Ganó Burracalva", "Mariano el de la peineta vence" etc. Por supuesto cualquier aseveración en esta línea es una soberana gilipollez. Después se suele analizar "en profundidad" el comportamiento no verbal de ambos candidatos en el "debate" por supuestos chamanes que tienen que ver más con el doctor Kalaka Mongo de la salida de metro Puerta del Ángel que con un científico.

Y os podéis preguntar, "¿pero cómo que no es un debate?" Coño, pues porque un debate consiste básicamente en una cosa, mantener una tesis (una idea general) rebatiendo al contrario una y otra vez. Para poder rebatir un argumento debemos escucharlo, analizarlo y por supuesto pretender rebatirlo. Ni Burracalva ni El de la Peineta se escuchaban, analizaban y tampoco se rebatían, estaban demasiado concentrados en leer uno lo que el equipo de cabrones le había escrito y el otro las mentiras del programa electoral del contrario. Por tanto, de debate nada, estaban demasiado estrangulados por sus intereses como para arriesgarse a ir sin guión alguno y con las ideas claras.

Lo peor de todo no es que no se hayan molestado en debatir, que la gente le de crédito a este circo o que este circo vaya a influir en una inmensa masa de imbéciles a la hora de votar. No. Lo peor es que este circo tendrá como efecto que estemos de nuevo cuatro años bajo las influencias y los desaguisados de la misma mafia de siempre, porque esto es una mafia pasándose la pelota cada cierto tiempo.

El resultado del debate, os lo digo yo, otros cuatro putos años soportando a una panda de cabrones hijos de la gran puta que nos mienten y nos roban con total impunidad, todo ello aliñado con el hecho sangrante de que somos lo suficientemente gilipollas como para seguir en la misma situación cuando podemos cambiarla. Más nos valdría analizar el comportamiento no verbal no en los debates, sino en el congreso de los imputados cagontó.