lunes, 11 de julio de 2011

Cadena de absurdos

A mí siempre me dijeron que el ser humano tiende a la bondad, a la perfección etc. El humanismo cristiano y esas historias hacen que uno acabe decepcionándose. Claro, le meten a uno entre las paredes craneales una espectativa acojonante y luego viene el bofetón. Resulta que la peña no tiende a nada perfecto, ni mucho menos. En todo caso si el homo sapiens – o las homas sapiensas, faltaría más- tiende a algo es a la más absoluta de las gilipolleces crónicas que pueda sufrir un organismo vivo.

Y es que todos los días se topa uno con gentuza de lo más bajo a la que dan ganas de asesinar. Niños asilvestrados que se comportan como bestias porque, faltaría más, la madre que los parió y el padre que los crió no son más que eso, malas bestias. La peña dimite antes de empezar como padres o como madres. Políticos que prohiben los toros porque cuatro guiris y los gilipollas de turno que les bailan el agua dicen que somos unos sádicos y no, perdonen pero no. Que yo odio los toros, pero no creo que se deba prohibir a quien guste de ir a semejante circo. Cuando la gente sea lo suficientemente autocrítica como para no disfrutar con el espectáculo taurino, ya dejará de ir por sí misma y si no, pues les van a ir dando a los guiris y a los cantamañanas que les siguen la corriente. Además, ahora mismo hay cosas muchísimo más importantes, que no nos tomen por subnormales. Ministerios que dan toda la puta risa y que imponen gilipolleces tales como desdoblar el idioma para que todos seamos iguales. Y es que a mí me toca la flor -con perdón del personal- que cuatro feminazis pretendan cambiar la lengua así, porque sí, porque resulta que se ofenden por cualquier soplapollez hasta lo patológico. Capullos analfabetos que no tienen donde caerse muertos y son poco más que los tontos del pueblo en pocos años han empezado a conducir coches caros y a vivir en chalets que hacen palidecer la más bonita de las casas. Y yo me pregunto ¿a nadie le extraña todo eso de que cuatro impresentables coloquen a su primo en, o se lleven tan bien con el concejal de urbanismo...etc? ¿A nadie le extraña que ser concejal de educación sea para el último mono por norma y por la concejalía de urbanismo haya hostias y puñaladas traperas? Y es que los “tontos del pueblo” con los años y el hábito han acabado convirtiéndose en resabiados hijos de la gran puta.

En fín, ahora la cosa se ha ido a la puta mierda y aquí todo el mundo es inocente. Nadie sabe nada de nada redios. Manda huevos que cuatro se dedicaran a la mangancia y el pelotazo del ladrillo,bailaran entre terrenos recalificados y lluvias de billetes, ahora que llueven hostias vayan desapareciendo. Y ahora en vez de ser esos cuatro, somos 45 millones los que tenemos que “arrimar el hombro”. Porque aquí cuando los cuartos se los reparten entre tres no se entera ni el tato y el que se entera está encantado porque algo le va en la jugada; pero luego cuando se va todo a la mierda desde el gobierno nos dicen que tenemos que salir de la crisis “todos juntos y de la mano” - así se lo escuché en televisión al señor Barreda-.

No sé ustedes, pero a mí me dan ganas de sacar la escopeta de cazae irme a por los cuatro que se repartían los cuartos.Y claro, los políticos de turno contentos, porque a ellos la mangancia y el oportunismo se les da de puta madre. La clase política española se dedica a escuchar a los cuatro cantamañanas que hablan del género y la génera, del esperpento, del bebé gigante ese que nos ha costado un huevo y parte del otro y así nos va. Se dedican a escuchar a los que quieren prohibir los toros. Faltaría más, porque si no nos dicen fascistas y mira por dónde, así convencemos a otros pocos soplapollas para que nos voten.

Y ahora lo de los controladores aéreos. Si es que en este país todo en lo que haya (o halla?) dinero derivamos a una casa de putas de forma inexorable. Resulta que un colectivo se pone a pedir en plan oportunista, a pesar de poseer una magra cualificación. Como están en una posición más o menos “de poder” los gobiernos de turno (que son todos para que un mandril con infección genital se cague sobre ellos) acceden sin tardanza a las peticiones de semejantes cabrones. Porque coño, su trabajo es muy duro...ya. Como todos los que tienen un trabajo “duro” se plantasen, el país era un ir por la calle a navajazos con todo el mundo. Pues claro, ahora cuando no hay pasta porque las tasas aeroportuarias no dan para más y no les hacen caso, montan la huelga salvaje. Bueno, eran conscientes de lo que se jugaban. Se oyen cosas como “trabajamos en muy malas condiciones” y la verdad, no sé por qué la inmensa mayoría de controladores pretenden que sus hijos trabajen como controladores también si resulta que es un trabajo chungo que te jiñas. Mi padre es agricultor, me ha enseñado a trabajar en el campo y a que huya de él como de la peste, porque es un trabajo muy duro y muy mal pagado, entonces...no sé, o los controladores aéreos son gilipollas o mienten que te partes de la risa.

Fuera de todo esto el gobierno se apunta un tanto en estas horas tan bajas, porque como decía por ahí arriba, el oportunismo es uno de los dones de la clase política española. Ahora la culpa es de los controladores, que son muy malos y tal. Y la gente se ensaña y son cabeza de turco. Pero no, aunque los controladores hayan hecho algo desproporcionado, tan desproporcionado como su sueldo anual, y lo hayan hecho de forma ilegal, no tienen la culpa de todo. Lo digo porque aparte de que los controladores en general son unos mimados de mierda y unos oportunistas, el Pepiño Blanco también a jugado sucio. Vamos, que entre gentuza anda la cosa.


Y la gente se revuela, y habla y los que están en el ajo dicen que los controladores son santos y tal y cual, al final, esto es un pifostio del copón y una merienda de negros. Al grano, que pasa como en todo, cuando a un político se le pone a huevo algo lo aprovecha. Es alucinante que en esta casa de putas que es España, se arme el revuelo que se ha armado por la huelga de los controladores mientras que nos meten por el culo la reforma laboral. Pero claro, como ya ha he dicho, la gente tiende a ser imbécil por defecto, y mientras le meten el palo bien huntado de lubricante no dá más que para hablar del mundial o ver a una pedorra decir sandeces en algún programa de mierda de esos de la tele. Que esa es otra, uno se encuentra cada programita que dan ganas de pegarle una pedrada a la tele e irse a matar gentuza.

Pardiez. Menudo panorama nos econtramos, pero si a mí me dijeron que el ser humano tiende a la bondad y tal... los cojones Mariloli. Resulta que va a ser que no. Y la ley, que es lo que debería regular todo este sinsentido no está para fiestas. Resulta que cuando un tipo entra a casita a las cuatro de la mañana uno tiene que pararse a pensar con qué intención viene el asaltante, a lo mejor resulta que viene de visita. Si por cuestiones de la vida es un extrañísimo sujeto y resulta que te quiere robar, llamas a la policía, porque aquí si alguien da hostias son las fuerzas de la ley y el orden. Empanadas como están las fuerzas de la ley, maniatadas por lo politicorrecto, te van a sodomizar los asaltantes y ellos van a llegar solo para constatar los hechos. Y si le das un garrotazo al tipo la perspectiva no mejora, a él lo sueltan al día siguiente y a tí si se tercia te meten al truyo. Porque a ver qué carajos podemos hacer, en la sociedad democrática solo ejerce violencia el Estado, y nadie más. Porque la violencia es mala y tal, pero es que resulta que nos han dejado indefensos y en pelotas pensando que el ser humano es bueno por naturaleza y toda la historia, pero resulta que no, que somos todos una pandilla de cabrones.

Así que resumiendo, si el Estado no puede garantizar mi seguridad - porque resulta que si un guardia le pega al violador de tu hija con la porra cuando le pilla con las manos en la masa, le acusan de abuso de autoridad y lo enchironan - mejor será que lleve a mano una cachicuerna de quince centímetros la niña para endosársela a ese hijo de la gran puta aunque le cueste la cárcel.